De todo un poco
Para trabajar en la estética, o para hacerlo bien, hace falta saber un poquito de biología y de anatomía, de física y de química. Hay que conocer bien la piel o, más bien, las pieles, porque ya sabemos que es un órgano muy suyo.
La profesión de la estética tiene mucho de sociosanitaria cuando cuida, cuando hidrata, masajea, moviliza, cuando ayuda a que respiremos mejor, a que descansemos mejor, a que algunos puedan incluso caminar mejor. Es fisio y es terapeuta. Hasta es un poco psicóloga, o al menos igual de discreta, tanto con los clientes famosos como con los anónimos.
También conviene que sepáis comunicar todos estos conocimientos – como hacéis cuando colaboráis en esta revista o cuando divulgáis en redes sociales – que sepáis de marketing y de gestión de negocio. Aunque, como dice Renata França, la esteticista del momento:
«La mejor publicidad que existe es la de un cliente satisfecho».
Hablamos de todo esto en este número, porque para ser esteticista, ya sabes: hay que saber un poco de todo.