Tiempo de cuidados
Al terminar de leer este número de Expertos en Estética, en el que está tan presente la Navidad, nos ha venido a la cabeza un pensamiento muy inocente (pero no por ello menos cierto):
“Qué bonita es esta profesión, ¿no?”
Porque hacer un regalo a un ser querido (o incluso a uno mismo) es, por definición, un acto de afecto y consideración, es una entrega que no busca nada a cambio más que hacer feliz al otro, dotarle de algo que desea, que necesita o que le hará bien.
¿No es genial, entonces, que los tratamientos de belleza y bienestar, los masajes o los rituales que vosotras ofrecéis, sean algunos de los regalos más habituales en navidades?
En nuestros tarjetones o cheques podrá leerse “vale de regalo en tratamientos estéticos” pero lo que dice, de verdad, es: “te veo, te quiero y te cuido” o bien “quiero que te cuides, que te cuiden, y cuidarte yo, porque te lo mereces”. ¿No es bonito formar parte de ello?