Orgullo estético
A pesar de llevar tantos años en este sector – quizá por eso mismo, por estar acostumbrados a mirarlo desde dentro – nos sigue sorprendiendo darnos cuenta de la imagen que otros médicos pueden tener de él.
Leíamos al presidente de SEME, en el mensaje de bienvenida de la trigésima octava edición de su congreso científico (nombrar el número es intencionado, pues sirve de apoyo al fin de este mensaje) invitar a otros especialistas a visitar el simposio, para «limar» su excesivo celo o su desconfianza ante el posible «tono melifluo» que ha podido impregnar nuestra imagen en las redes sociales.
La banalización de la estética es histórica, es estructural, pues con seguridad lo es, a su vez, por su asociación al género femenino. La estética, la belleza, la armonía, es, sin embargo, como también dice el presidente, una parcela que todas las demás especialidades buscan y trabajan.
Nadie que acuda al congreso o que lea esta revista que editamos dudaría de su carácter científico o lo calificaría como insustancial, superficial o de menor valor. Ojalá caiga en sus manos. Pero si no es así, no vamos a defendernos: nosotros lo tenemos claro.